La empresa mexicana de bebidas Peñafiel aseguró este martes que los niveles de arsénico en su agua mineral están dentro de los límites estab...
La empresa mexicana de bebidas Peñafiel aseguró este martes que los niveles de arsénico en su agua mineral están dentro de los límites establecidos como “salubres”, después de que un informe señalara altas concentraciones del metal en el producto.
Peñafiel indicó en un comunicado que “el arsénico es un mineral que se encuentra en la naturaleza, es decir, está presente en el aire, en el suelo y en distintos alimentos de consumo diario. Los niveles de concentración de este elemento natural varían de acuerdo a distintos factores”.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) indicó previamente que los niveles de arsénico del agua mineral de Peñafiel se encontraban en 17 partes por billón (ppb), cuando la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA), la Norma Oficial Mexicana de Agua Mineral y la Organización Mundial de la Salud establecen 10 ppb como máximo.
La firma atribuyó la discrepancia a una “ligera variación”, y aseguró que se realizarán análisis más específicos y se tomarán las medidas necesarias para garantizar el bienestar de la población de México.
Aseguró que dentro de su proceso habitual para llevar sus productos a las tiendas se incluye un meticuloso proceso de “verificación, muestreo, actualizaciones y mejoras en sus estándares de calidad y seguridad”.
“Como compañía estamos altamente comprometidos con la transparencia, calidad y seguridad en nuestros productos, siempre apegados a cada una de las normas y regulaciones vigentes, por lo cual constantemente colaboramos con las instancias gubernamentales correspondientes”, acotó.
La revisión de Profeco se dio después de que la asociación Consumer Reports de Estados Unidos reveló recientemente que productos de Peñafiel que se venden en ese país contienen altos niveles de arsénico.
El arsénico es un metal pesado que puede absorber el agua o los alimentos al estar en contacto con minerales, pero también con deshechos o pesticidas.
A pesar de que el nivel puede variar debido a las eventos meteorológicos, es un material que debe ser controlado por empresas de alimentos y bebidas pues su consumo continuado puede generar enfermedades cardiovasculares y neurológicas o cáncer, entre otros padecimientos.
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