Una idea genial que podría firmar cualquier niño que lleve un par de meses en el kínder. Aprenden rápido, los pillines.
Parece que el grotesco y, sin embargo, divertido Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica (Trump para los amigos y los enemigos) está teniendo ciertos problemas para cumplir la mayoría de promesas que su boquita excreta constantemente.
Una de las más populares es la de construir un enorme muro que recorra toda la frontera con México, con el objetivo de evitar la inmigración ilegal que llega a su país.
Una idea genial que podría firmar cualquier niño que lleve un par de meses en el kínder. Aprenden rápido, los pillines.
Lo desesperante es que el patán sigue dando lata con el tema, y así seguirá hasta que (esperemos que así sea) el paso de tiempo le desaloje del trono que ocupa.
Mientras tanto, podemos entretenernos jugando al peculiar «Trump Presidential Wall Game«.
Se compone de un Trumpito sentado en un muro cuyos ladrillos los jugadores van extrayendo simultáneamente con el objetivo de que el Trumpito no caiga. Al final, como tiene que ser, el Trumpito se pega un Trompazo (risas), la partida finaliza y, en fin, ya podemos dedicarnos a otra cosa. Porque mucho recorrido no parece tener el jueguecito.
Una de las más populares es la de construir un enorme muro que recorra toda la frontera con México, con el objetivo de evitar la inmigración ilegal que llega a su país.
Una idea genial que podría firmar cualquier niño que lleve un par de meses en el kínder. Aprenden rápido, los pillines.
Lo desesperante es que el patán sigue dando lata con el tema, y así seguirá hasta que (esperemos que así sea) el paso de tiempo le desaloje del trono que ocupa.
Mientras tanto, podemos entretenernos jugando al peculiar «Trump Presidential Wall Game«.
Se compone de un Trumpito sentado en un muro cuyos ladrillos los jugadores van extrayendo simultáneamente con el objetivo de que el Trumpito no caiga. Al final, como tiene que ser, el Trumpito se pega un Trompazo (risas), la partida finaliza y, en fin, ya podemos dedicarnos a otra cosa. Porque mucho recorrido no parece tener el jueguecito.