Habte A. fue detenido poco después, gracias a la intervención de un grupo de personas que salieron tras de él
(EFE).- Habte A., el eritreo de 40 años que mató a un niño al arrojarlo a las vías de un tren en Fráncfort y trató de acabar con la vida de otras dos personas, guarda silencio sobre los motivos de un crimen que ha sacudido a Alemania y que la ultraderecha busca instrumentalizar.
Fuentes de la Fiscalía informaron de que, hasta ahora, el autor del crimen no ha explicado qué le incitó el lunes a empujar al menor, de 8 años, y lanzar también a la vía a la madre de éste, de 40 años, y otra mujer, de 78, justo cuando entraba un ferrocarril de alta velocidad.
El presunto asesino, un eritreo residente en Suiza desde 2006 que unos días antes había huido de su país tras un episodio de violencia en el hogar, ingresó ayer en prisión preventiva por orden de la fiscalía. La policía analiza las declaraciones de más de treinta testigos presenciales, así como imágenes de vídeo, entre ellas las captadas cuando el hombre trataba de huir por el andén, en medio del estupor de las personas que asistieron a lo ocurrido.
Habte A. fue detenido poco después, gracias a la intervención de un grupo de personas que salieron tras de él y que le retuvieron hasta la llegada de las fuerzas de seguridad. El ministro alemán de Interior, Horst Seehofer, calificó ayer de "asesinato a sangre fría" el crimen del niño y el intento de matar también a la madre de éste, que logró ponerse a salvo, lo mismo que la tercera persona a la que lanzó a la vía.
El político conservador llamó a no intentar instrumentalizar lo ocurrido con mensajes xenófobos, como está haciendo la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). La formación radical, la tercera fuerza a escala nacional, ha emitido sucesivos comunicados exigiendo al Gobierno de Angela Merkel que "proteja como es debido" a la población alemana y reclamando controles fronterizos sistemáticos, especialmente para los migrantes.
Habte A. era buscado por la policía suiza desde que el pasado día 25 huyó de su domicilio, tras agredir a su mujer en presencia de sus hijos, de 1, 3 y 4 años, y encerrarlos a todos ellos junto con una vecina, a la que trató de estrangular.
La esposa del presunto asesino dio la voz de alarma luego a la policía suiza y explicó que nunca había visto a su marido en ese estado. El hombre, con permiso de residencia estable en Suiza desde 2008 y considerado durante años un modelo de buena integración en la sociedad de su país de acogida, estaba en tratamiento psiquiátrico y desempleado desde principios de este año, explicaron las autoridades helvéticas.
La esposa del presunto asesino dio la voz de alarma luego a la policía suiza y explicó que nunca había visto a su marido en ese estado. El hombre, con permiso de residencia estable en Suiza desde 2008 y considerado durante años un modelo de buena integración en la sociedad de su país de acogida, estaba en tratamiento psiquiátrico y desempleado desde principios de este año, explicaron las autoridades helvéticas.
El sensacionalista diario "Bild", el más leído de Alemania, y otros medios del país, incluidos algunos canales de televisión privados, han tratado de reconstruir ahora el perfil del eritreo, en base a vecinos y otros testigos de su domicilio, según los cuales Habte A. se sentía perseguido.
Desde la policía suiza se ha insistido en que en ningún momento se apreciaron síntomas de radicalización en él y que todo apunta a un trastorno psíquico que alteró su comportamiento. Junto a la conmoción causada en Alemania por la muerte del niño en unos días en que, además, las estaciones de ferrocarril están a rebosar de familias que parten o regresan de vacaciones, en el país se ha abierto un debate sobre la necesidad de reforzar la seguridad en esos lugares. Diez días antes del crimen de Fráncfort, un hombre serbio mató a una mujer con la que no tenía relación alguna y sin mediar palabra, al tirarla a las vías del tren cuanto entraba un ferrocarril en otra ciudad del oeste de Alemania. El ministro Seehofer apuntó ya el martes a la posibilidad de dotar las estaciones de barreras físicas, pero también de aumentar la presencia policial y el número de cámaras de seguridad en lugares públicos. La "seguridad absoluta" no es posible, agregó, para recordar que en el país hay más de 6.000 estaciones de ferrocarril de distintas estructuras y formatos. El andén 7 de Fráncfort, donde se produjo el triple ataque, quedó desde ayer cubierto de un manto de flores, depositados por ciudadanos en recuerdo del niño, mientras se suceden las muestras de condolencia en todo el país.
