Recibió una cornada de 'Pitinesco', toro perteneciente a la ganadería española de Puerto Lorenzo, que lo levantó y, al caer, sufrió un traumatismo craneoencefálico leve.
(EFE).- El estadounidense Aaron Froelicher, herido en el primer encierro de toros de los sanfermines 2019, aseguró este lunes que el próximo año volverá a correr en esta fiesta española porque quiere "intentarlo" de nuevo.
Froelicher llegó a Pamplona (norte español) junto a su hermano y un amigo, según explicó en declaraciones a EFE en el Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), donde permanece ingresado a causa de la herida por asta de toro que sufrió el domingo en el muslo izquierdo.
Era la primera vez que acudía a los sanfermines, una fiesta que describió como "conocida en todo el mundo" y "muy bonita", y después tenía previsto visitar Barcelona.
"Todo el mundo piensa que es muy 'cool', pero también es algo insano", aseguró antes de añadir que esta fiesta es parte de "la vida".
El joven, de 23 años y nacido en el estado de Kentucky, explicó que, durante el encierro, miró atrás para comprobar "dónde se encontraban los toros" y, una vez que vio que "se habían marchado", se dirigió hacia el vallado.
No obstante, recibió una cornada de 'Pitinesco', toro perteneciente a la ganadería española de Puerto Lorenzo, que lo levantó y, al caer, sufrió un traumatismo craneoencefálico leve.
Reconoció que no se entrenó para correr el encierro, aunque vio vídeos. Y ahora se recupera de la cornada, que le ha supuesto quince puntos de sutura.
Y sobre la reacción de su familia, comenta, entre bromas, que su madre no estaba muy contenta con el accidente, aunque agradece la reacción de sus amigos y su entorno más cercano.
Froelicher aseveró, con una media sonrisa, que volverá a correr el encierro en los próximos sanfermines.
En cambio, el californiano Jaime Álvarez, corneado de manera superficial en el cuello en la Plaza de Toros en el primer encierro de los Sanfermines, aconseja acudir a esta fiesta, pero no correr delante de los toros, ya que, a su juicio, solo deben participar en la carrera "quienes saben hacerlo".
Álvarez, de 46 años y que viajó a Pamplona junto a su mujer y sus hijos, confiesa que al principio creyó que al recibir la cornada en el cuello había sufrido una herida "muy, muy grave", porque podía haber afectado a una arteria.
Ahora, con un diagnóstico "bueno", asegura que este encierro de los sanfermines fue "el primero y el último" que correrá en su vida, pero que volverá a esta fiesta "increíble".