El Ministerio de Agricultura de Brasil autorizó durante los siete meses del año 262 agrotóxicos.
(EFE).- La ministra de Agricultura de Brasil, Tereza Cristina Correa, defendió este martes la liberación de más agrotóxicos en el campo, que se ha acelerado bajo el Gobierno de Jair Bolsonaro, y pidió no "aterrorizar" a la población sobre su uso.
"No podemos aterrorizar a los consumidores brasileños, ni a los consumidores externos de más de 162 países que importan los productos brasileños", señaló la ministra en un encuentro con periodistas en Brasilia.
"Lo que me indigna es que se transmita a la población que estamos colocando comida envenenada en el plato", añadió.
Correa, una importante empresaria con estrechos vínculos con los grandes empresarios agropecuarios, explicó que "la ciencia y solamente la ciencia" es la que debe continuar marcando "las políticas públicas del sector agropecuario".
"Estamos incomodados con el hecho de que un tema tan complejo se haya transformado en una guerra política, aquí dentro y allí afuera, una guerra comercial, donde la imagen de nuestro país está siendo denigrada, de forma, yo creo, hasta liviana", argumentó.
El Ministerio de Agricultura de Brasil subrayó este martes que autorizó durante los siete meses del año 262 agrotóxicos, de los cuales solo siete son nuevos, y el resto, equivalentes a otros ya aprobados o genéricos.
Aun así, ese número supera los 229 liberados en el mismo período de 2018, año en que Brasil, uno de los mayores productores y exportadores mundiales de alimentos, autorizó el uso de 450 agrotóxicos, el mayor número de los últimos 13 años, según el ministerio.
La política del Gobierno de Bolsonaro sobre el tema viene siendo fuertemente criticada por organizaciones defensoras del medioambiente, que la consideran muy perjudicial, especialmente para los núcleos poblacionales que viven cerca de las grandes áreas de cultivo.
Esas asociaciones también han denunciado que el Ejecutivo del líder ultraderechista ha flexibilizado los criterios y controles para clasificar la peligrosidad de los pesticidas.
No obstante, Correa destacó que los residuos de plaguicidas en los alimentos son fiscalizados por las autoridades sanitarias brasileñas y que el nivel detectado es semejante al de otros países.
"Se ha creado un entendimiento -por lo menos es lo que hemos visto-, de que la aprobación de más productos es mala. Pero es al contrario, son productos más eficientes y menos tóxicos. Tenemos que continuar aprobando más productos", señaló.
Correa negó la idea de que los consumidores de los alimentos brasileños están expuestos a mayores riesgos de salud en función del uso de agrotóxicos, una práctica que defendió.
"Las autorizaciones se están aprobando y así seguirá para que podamos entrar en la modernidad, para que cada vez tengamos productos menos tóxicos", indicó.
