La meta del grupo está bien definida: clasificarse por primera vez para unos Juegos Olímpicos.
Natalia Arriaga / EFE
Una novena plaza en el Mundial disputado en 2018 en Sofía fue el primer aviso: el conjunto mexicano de gimnasia rítmica se había situado en la elite sin que nadie lo tuviese previsto.
Menos de un año después, los Panamericanos de Lima han servido para que la sorpresa se torne en admiración: el mismo conjunto ha puesto fin a cinco medallas de oro consecutivas de Brasil y ha ganado por primera vez los Juegos.
"En un deporte en el que todas las potencias son europeas, quedar en el Mundial del año pasado entre los diez primeros fue un parteaguas muy grande para ver que sí se puede", dijo a Efe Karen Villanueva, una de las integrantes del conjunto junto a Ana Galindo, Mildred Maldonado, Adriana Hernández y Britany Sainz.
También se pudo, y de forma inapelable, romper la hegemonía brasileña en el continente, un éxito que Villanueva atribuye a ese plus de confianza que tienen ahora, y que se suma al trabajo y la disciplina.
"Es algo que queríamos, obviamente. Estuvimos trabajando para dar lo mejor y se dio", dijo la gimnasta. La diferencia está ahora "en la mentalidad de cada una".
"Nos aferramos mucho a nuestros objetivos y a nuestros sueños para cumplirlos. Trabajando duro y con disciplina se puede lograr", afirmó la mayor (20 años) del conjunto que entrena Blajaith Aguilar. La menor, Ana Galindo, solo tiene 15 años.
Mantener la concentración fue fundamental, dijo Karen Villlanueva, para repetir el domingo, en la primera final por aparatos, el oro que ya habían logrado el sábado en el concurso completo.
"No nos descentramos, sino lo contrario. Nos sentimos seguras, sin confiarnos".
La meta del grupo está bien definida: clasificarse por primera vez para unos Juegos Olímpicos. Eso pasa sobre todo, aunque hay opciones alternativas, por terminar entre los ocho mejores conjuntos en los campeonatos del mundo que Bakú acogerá en septiembre.
"Vamos a seguir entrenando muy duro, perfeccionando las rutinas, cuidando los detalles, las décimas. Todo cuenta y una décima puede hacer la diferencia", advirtió Karen.
Sus ejercicios tienen una nota de partida alta (16,300 y 17,300), por su dificultad, y ahora les falta "afinar la ejecución". De momento ya tienen otra ventaja muy importante en la gimnasia: el nombre que les ha dado el oro panamericano.
"Este deporte es mucho de apreciación y los nombres tienen peso. Nos estamos dando más a conocer y a respetar en las competencias y espero que así siga", afirmó la tamaulipeca, que tiene claramente dibujado en la mente lo que les inspira de los mejores conjuntos del mundo: "el estilo de Bulgaria, el temple de Rusia y la fuerza de Italia".
Menos de un año después, los Panamericanos de Lima han servido para que la sorpresa se torne en admiración: el mismo conjunto ha puesto fin a cinco medallas de oro consecutivas de Brasil y ha ganado por primera vez los Juegos.
"En un deporte en el que todas las potencias son europeas, quedar en el Mundial del año pasado entre los diez primeros fue un parteaguas muy grande para ver que sí se puede", dijo a Efe Karen Villanueva, una de las integrantes del conjunto junto a Ana Galindo, Mildred Maldonado, Adriana Hernández y Britany Sainz.
También se pudo, y de forma inapelable, romper la hegemonía brasileña en el continente, un éxito que Villanueva atribuye a ese plus de confianza que tienen ahora, y que se suma al trabajo y la disciplina.
"Es algo que queríamos, obviamente. Estuvimos trabajando para dar lo mejor y se dio", dijo la gimnasta. La diferencia está ahora "en la mentalidad de cada una".
"Nos aferramos mucho a nuestros objetivos y a nuestros sueños para cumplirlos. Trabajando duro y con disciplina se puede lograr", afirmó la mayor (20 años) del conjunto que entrena Blajaith Aguilar. La menor, Ana Galindo, solo tiene 15 años.
Mantener la concentración fue fundamental, dijo Karen Villlanueva, para repetir el domingo, en la primera final por aparatos, el oro que ya habían logrado el sábado en el concurso completo.
"No nos descentramos, sino lo contrario. Nos sentimos seguras, sin confiarnos".
La meta del grupo está bien definida: clasificarse por primera vez para unos Juegos Olímpicos. Eso pasa sobre todo, aunque hay opciones alternativas, por terminar entre los ocho mejores conjuntos en los campeonatos del mundo que Bakú acogerá en septiembre.
"Vamos a seguir entrenando muy duro, perfeccionando las rutinas, cuidando los detalles, las décimas. Todo cuenta y una décima puede hacer la diferencia", advirtió Karen.
Sus ejercicios tienen una nota de partida alta (16,300 y 17,300), por su dificultad, y ahora les falta "afinar la ejecución". De momento ya tienen otra ventaja muy importante en la gimnasia: el nombre que les ha dado el oro panamericano.
"Este deporte es mucho de apreciación y los nombres tienen peso. Nos estamos dando más a conocer y a respetar en las competencias y espero que así siga", afirmó la tamaulipeca, que tiene claramente dibujado en la mente lo que les inspira de los mejores conjuntos del mundo: "el estilo de Bulgaria, el temple de Rusia y la fuerza de Italia".