Si quería usted argumentos para luego discutir con los aficionados o con los adictos a la 4.ª transformación, pues el presidente ya los ha d...
Si quería usted argumentos para luego discutir con los aficionados o con los adictos a la 4.ª transformación, pues el presidente ya los ha dado. Al ofrecer una terna de puras incondicionales del presidente para sustituir a otro incondicional del presidente, Arturo Zaldívar, en la Suprema Corte de Justicia, el Presidente nos ha regalado una oportunidad de explicarle a los adictos a la cuarta transformación que su presidente, simple y sencillamente los ha engañado.
¿Y por qué le digo esto? A lo largo de su carrera política, López Obrador se dedicó de manera sistemática a criticar múltiples aspectos de los anteriores presidentes. Uno de los más recurrentes era, precisamente lo que él decía, un sometimiento precisamente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a los designios de los presidentes. Así, López Obrador se dedicó a cuestionar cómo se conducía a la Suprema Corte de Justicia a partir de Zedillo desde 1995, que fue cuando se dio precisamente el cambio en el que el Poder Judicial se hacía independiente del Poder Ejecutivo.
Así pues, sistemáticamente, a Zedillo y luego después a Vicente Fox, obviamente a Calderón, y luego después a Peña Nieto, a todos, López Obrador les dijo que no podían, no debían meter mano en las decisiones de la Suprema Corte de Justicia porque era la única instancia que garantizaba el cumplimiento de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. De hecho, para eso está la Suprema Corte, sépaselo usted: para hacer cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Hoy, que ya el señor es presidente, hace incluso algo mucho peor de lo que hicieron sus antecesores: seleccionar a no solamente incondicionales suyos como parte de la terna para sustituir a Zaldívar, sino que incluso ya lo hace con el descaro de proponer gente que todavía trabaja para su administración.
En ese sentido, ¿dónde carajos quedó aquel demócrata? ¿Dónde fregados quedó aquel que señalaba con dedo flamígero los abusos del poder? ¿Dónde quedó? ¿Con qué cara se presenta el López Obrador del 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, a decir que está haciendo las cosas como no las hacían sus antecesores? Las está haciendo peor. Efectivamente, en eso sí tiene toda la razón el presidente: no son iguales, son muchísimo peores. Porque desde la modificación de la estructura del Poder Judicial en 1995, ningún presidente había tenido los... arrestos como para presentar una terna tan cargada al poder. En resumen, proponer puros gatos. Pura gente que trabaja para el sistema. Puros acólitos a su religión llamada cuatro té.
Si usted quería un argumento o necesitaba un argumento más para hacérselo ver a los adictos a la cuatro té, pues ahí lo tiene. La brutal contradicción en la que se ha vuelto López Obrador para consigo mismo, jugándole de nuevo el dedo en la boca a la gente que es adicta a su presencia y a su compañía.
Que este argumento vaya a cambiar la opinión de alguien adicto a la 4T no creo que suceda, pero por lo menos usted se va a divertir mucho cuando diga eso y ver cómo se va a poner medio loca esa persona, porque “no computa, no computa, no sé cómo responder a eso...” Y una vez que se recomponga, le va a volver a decir: ¿dónde estabas tú cuando Porfirio Díaz hizo lo que hizo en la huelga de Cananea?, ¿Dónde estabas tú cuando Santa Anna vendió el país?, ¿Dónde estabas tú cuando le quemaron los pies a Cuauhtémoc?... Y así todos los argumentos ridículos de quienes, simple y sencillamente no pueden admitir que cometieron un brutal error al seleccionar a un autócrata disfrazado de demócrata.