La vida política mexicana es una tragicomedia burocrática envuelta en humor negro. El evento estelar de la semana fue la "renuncia...
La vida política mexicana es una tragicomedia burocrática envuelta en humor negro. El evento estelar de la semana fue la "renuncia" del fiscal Alejandro Gertz Manero, quien dejó su cargo—no por una "causa grave" sino para ser embajador en un país amigo—un paquete de indemnización ridículo que confirma que el puesto de Fiscal General de la República (FGR) es un trofeo de lealtad, no de autonomía.
Ahora, todos estamos al borde de nuestros asientos fingiendo nerviosismo por el proceso de selección de su reemplazo. La lista de diez aspirantes fue enviada a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, pero la conclusión ya se filtró: la terna final será Ernestina Godoy, Godoy y Ramos. La oposición ya lo denunció como una "farsa" y una "simulación", y Godoy, como la futura "fiscal carnal", ya comenzó a desmantelar los "vestigios" de la era Gertz, asegurando que el garrote político funcione sin contratiempos, consolidando la colonización de las instituciones.
Mientras se ajustan los tornillos de la autocracia, el expresidente López Obrador reapareció desde su "revalorizada finca que en su nombre lleva su destino: La Chingada", como un "soberbio emplumado" que jura no hacerle sombra a su sucesora, justo después de amenazar con regresar al activo si lo cree necesario. De paso, en su libro Grandeza, niega las "aberraciones" históricas de sacrificios humanos y canibalismo, desafiando a los arqueólogos que han encontrado cráneos cocidos y restos desmembrados en Zultépec-Tecoaque, un sitio que significa "donde se los comieron". La historia oficial es un "paraíso de armonía," y quien diga lo contrario, es un supremacista o ignora que los huesos mienten.
En cuanto a la vida cotidiana, la economía va "muy bien", tan bien que la creación de empleo formal fue la más baja en una década, y los inversionistas extranjeros se están desprendiendo de la deuda mexicana. En el Congreso, los legisladores de Morena y PT tienen la agenda llena: mientras aprueban reformas para la "igualdad sustantiva", no dudan en invitar a rabinos que promueven el genocidio y luego excusarse diciendo que "la Cámara es la casa del pueblo". Ah, y un diputado federal del PT, ebrio y en Metepec, causó destrozos, pero huyó impune por su fuero. Claramente, en la 4T, un vapeador es más peligroso para la salud pública que un político borracho y violento, pues portar lo primero podría llevar a la extorsión.
Finalmente, el gobierno de Donald Trump continúa con su gran reality show: mientras amenaza con intervenciones militares en Venezuela y Colombia, Los Chapitos están cantando frente a las cortes de Estados Unidos, lo que mantiene la espada de Damocles sobre la 4T. ¿Y el sistema de salud? No es Dinamarca, es una calavera detrás de una ventanilla de gobierno sin medicinas.