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¡Ah, la Cuarta Transformación! Esa cosa que le prometió a millones de incautos un México austero y puro, y vaya que lo está cumpliendo… para los demás, claro. Aquí, en el Paraíso de la Integridad, la corrupción no es un pecadillo aislado, ¡es el plato fuerte del menú, la "regla" misma!.
Como buenos anfitriones de este festín de honradez, tenemos a la estelar pareja del momento: Sergio Gutiérrez Luna y Diana Karina Barreras, cariñosamente rebautizada como "Dato Protegido". Estos adalides de la "nueva nobleza morenista" nos regalan un "reality show" digno de Netflix, donde relojes que cuestan el salario anual de un maestro, trajes de diseñador y cenas Michelin son solo el aperitivo. ¡Y a pesar de que todo esto no cuadra con su humilde sueldo público! La austeridad, evidentemente, es para los plebeyos.
Pero que nadie se confunda con la pareja del año; ellos son apenas el entremés en esta repugnante cena de negros. A su lado desfilan figuras tan honorables como Adán Augusto López, con su peculiar química con la criminalidad cuando gobernaba (y sus cargamaletas millonarios, ¿verdad Arturo Ávila?). O el arquitecto de redes clientelares, Ricardo Monreal. Y no podía faltar el "consiglieri" supremo, Andy López Beltrán, un genio en la negociación de contratos y candidaturas. ¿Qué decir de Manuel Bartlett, quien, en cualquier democracia "consolidada" (¡qué risa!), ya estaría inhabilitado por su "fortuna inexplicable"? Y por supuesto, Rocío Nahle, siempre tan generosa con sus "contratistas cercanos" en Dos Bocas.
Y para rematar este cuadro idílico, ¡el Ejército! ¡SEDENA! Esa institución a la que, bajo el argumento de ser "incorruptible" (¡a la tercera es la vencida!), le hemos entregado medio país. Resulta que nuestros "héroes" de verde, tan comprometidos con la patria, ahora son protagonistas en redes de sobornos y contrabando en aduanas. Lo dicho: la militarización no es una vacuna contra la corrupción; es una incubadora de primera clase.
Mientras tanto, el escrutinio público ha sido delicadamente "desmantelado". La flamante "Transparencia para el pueblo" (¡el nombre es oro puro!) rechaza un impresionante 99.6% de solicitudes de acceso a la información. ¡Qué eficiencia! Y si alguien osa tuitear sobre nepotismo, el Tepjf le exige disculpas por "violencia política de género". Porque aquí, en la 4T, se humilla al ciudadano, no al cleptócrata.
El mantra oficial sigue retumbando: "no somos iguales". Y tienen toda la razón: esta corrupción no es una traición al movimiento, ¡es su pura y dura esencia neopriista!. Es la "ideología hecha práctica". La "austeridad republicana" se ha transformado, con gran éxito, en Cleptocracia Inc. para los "ultraprivilegiados y ultraprotegidos". La pregunta ya no es si habrá más casos, sino cuántos nunca conoceremos, porque la poca luz que quedaba se está apagando.
Así que, ¡a brindar por el banquete público! Que siga la fiesta de la impunidad blindada, mientras la sociedad aplaude, se distrae o se resigna, porque los que roban también "salpican con programas sociales". ¡Salud por la nueva moralidad!